15 Avril 2016
Araca los bienes, querido maestro,
que no es cosa fácil su nueva conquista.
¿Acaso no sabe que esa fulana usa veinte nombres,
y hasta tuvo fama de contrabandista?
Levante la guardia, abra bien los ojos,
no le pierda el tranco a esa papusa,
que si se descuida y le da distancia,
lo deja pelado en el tiempo record de una semifusa.
Esté atento, se lo imploro; no juegue el papel de otario,
que al menor de los descuidos, le empeña el Stradivarius.
Mesure las ganas con esa morocha,
que usted no da el peso para esa montura,
y en tema mujeres, le juro, maestro,
que ignora la clave de la partitura.
Un arma infalible su loca belleza,
de cualquier teatro se roba el cartel.
Si no tiene novio, póngale la firma,
es que San Antonio la quiere pa’el.
Esté atento, se lo imploro; no juegue el papel de otario,
que al menor de los descuidos, le empeña el Stradivarius.
Araca, maestro,
desconfíe de esa mina,
que su fama no es un mito.
Y si no se raja a tiempo,
es de fija que termina
dando cuerda a un organito.
Gerardo Nuñez Cordo Estrasburgo Junio 2004